Ficha técnica:
Título: Paisaje Expandido
Año: 2019-2020
Formato: Videoinstalación interactiva en Realidad Virtual (RV) Integra seis (6) canales de visualización simultáneas: Captura desde el visor de RV (4) Cámara cenital (1) Cámara frontal.
Sonido: Binaural
Paisaje, etimológicamente hablando, es una extensión del entorno que percibimos: una escena, un fragmento o los espacios inmediatos vistos por un observador. Es a través de la mirada o del sentir de este observador, de este cuerpo-sujeto, que el ambiente y la perspectiva en el presente se transforman en “paisaje”. En este contexto, Paisaje Expandido es una videoinstalación viva en tiempo real que entiende el paisaje como experiencia, sensación y vivencia de cada receptor.
En Paisaje Expandido, los participantes son dotados de gafas Óculos Rift de Realidad Virtual (RV) y auriculares con una composición sonora binaural de cuatro minutos, desarrollada con un diseño sonoro basado en morfogénesis vegetal. Al ingresar al entorno virtual, el espectador pierde la noción de su cuerpo, pues el visor permanece en un tono semioscuro hasta que el movimiento activa el trazo desde la mano o el sensor del control. Solo a través del gesto, del dibujo incluyendo todo el cueerpo, comienza a emerger el paisaje virtual desde la unión colectiva de estos trazos.
Este espacio, tanto físico como virtual, se convierte en un campo de expansión sensorial donde cada movimiento configura paisajes tridimensionales. Así, el espectador se convierte en cocreador de la obra, comprometiendo su cuerpo en su totalidad y estableciendo un diálogo con nuevos paisajes a través del acto de dibujar. Es decir, sin el cuerpo del participante, no hay trazo; sin trazo, no hay paisaje.


El trazo, en este contexto, se entiende como un instrumento de base conceptual, analítico y proyectivo, flexible y transversal. En su estado cambiante, el trazo revela la complejidad de la relación entre el cuerpo y el espacio, transformándolo en un medio de exploración sensorial. La experiencia de dibujar en un entorno de realidad virtual activa la propiocepción del participante, alineando su conciencia corporal con su capacidad de percibir y modelar su entorno. En este sentido, Paisaje Expandido se sitúa en el cruce entre proxémica y kinética, entendiendo el paisaje como un encuentro entre cuerpo y mundo. Es decir, el paisaje no está cerrado ni determinado de antemano, sino que emerge de la interacción del usuario con el entorno.
Dentro del campo de la realidad virtual, existe un concepto fundamental: la presencia, que implica no solo la sensación de estar en un entorno digital, sino también la perspectiva desde la que se experimenta. En esta obra, el acto de dibujar muta constantemente, pues los cambios en las cualidades del movimiento indican que la mente ha percibido la estructura corporal en relación con el espacio virtual. La instalación estimula la corteza motora y el sistema sensorial, asociando la experiencia cinestésica con la exploración de nuevos paisajes internos y subjetivos. En esta relación entre percepción, cuerpo y tecnología, el acto de dibujar se convierte en un proceso de descubrimiento de nuevas dimensiones de la experiencia.
La superposición de dibujos y proyecciones en tiempo real evidencia la participación activa del espectador, quien deja de ser un observador pasivo para convertirse en agente creador. En este sentido, el paisaje, entendido aquí como una extensión del pensamiento, se convierte en un campo en constante transformación, donde la acción del cuerpo en movimiento genera una topografía virtual única e irrepetible, siempre anclada en lo colectivo.
En síntesis, Paisaje Expandido sitúa el dibujo como una matriz generadora de acontecimientos imprevisibles, donde el gesto de la mano se convierte en el catalizador de una experiencia inmersiva que cuestiona los límites entre lo efímero, lo tangible y las infinitas posibilidades y materialidades del paisaje. La obra invita a repensar la materialidad del espacio y del cuerpo, expandiendo la percepción del paisaje desde una dimensión sensorial y tecnológica, en la que cada trazo es una extensión del pensamiento en acción.






En Paisaje Expandido, el modelo cinético-geométrico se manifiesta en la forma en que los trazos generados por cada participante, como vectores visuales en movimiento, se entrelazan en un entorno tridimensional. Cada línea trazada en el espacio virtual no solo representa un gesto individual, sino que, al acumularse con las de otros participantes, configura un paisaje dinámico y colectivo que evoluciona en tiempo real. Lo más fascinante de esta obra es que estos gestos efímeros no desaparecen, sino que se materializan en una imagen única: una composición generada a partir de los trazos de 320 personas, fusionados en un solo archivo JPG. Este archivo no es solo una representación gráfica, sino la huella digital de una experiencia compartida, donde la acción individual se disuelve en una cartografía de gestos colectivos, revelando un paisaje en constante transformación.


